Antes de comenzar le advertí si podía decirme "te amo" mientras lo hacíamos.
Ya que accedió, comenzamos a quitarnos la ropa, del mismo modo en el que uno se la quita cuando se va a bañar, como si no hubiera nadie más.
Primero yo arriba. Aún no era el momento de preguntar.
Cuando cambiamos de posición y el se metió entre mis piernas le dije: ¿Me amas?
-Te amo.
-¿Qué se siente amarme? cuéntame.
No tuvo que decir nada, solo fue más profundo y yo intuí que de ese modo, más adentro, me amaba con todas sus fuerzas.
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