Tengo que bajar y verificar si cerré bien la puerta.

Si estuviéramos despiertos a la misma hora, yo me parara de la cama y mi pie y el suyo tocaran el suelo frío madrugador de las diez de la mañana, ese pedazo de piso que vuelve a ser virgen cuando lo tocamos por última vez al irnos a la cama.
Si justo en el mismo instante en lugar de mirar las estrellas, volteáramos a ver a una señora que acaba de llegar a su casa y despacio abre su puerta y silenciosa entra a su sala.
Si cuando yo dijera hola y él dijera hola, nos contestaran lo mismo.

Si él se encuentra lejos y yo cerca, ¿debo tomar esas señales y salir corriendo lejos también, para alcanzarlo?

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